Bucaramanga,
3 de Julio de 2018.
Ingeniero:
Rodolfo Hernández Suárez.
Alcalde
de Bucaramanga.
Cordial
Saludo.
Respetado
Ingeniero.
En vista de los últimos acontecimientos que han sucedido en la ciudad,
siento el deber moral de escribirle esta carta, máxime porque fui una de los
77.238 votantes que el 25 de octubre de 2015 lo llevaron a la alcaldía.
Sobre eso, aún recuerdo el día que tomé la decisión de apoyarlo:
Empezaba el mes de octubre de 2015 y en esa época trabajaba como
Abogada en una firma reconocida a nivel regional, me encontraba en la oficina
con dos compañeras trabajando cuando mi jefe entra por la puerta y nos presenta
a una señora simpática, con gafas verdes, cabello crespo y un estilo muy
peculiar diciendo: “Niñas, les presento a
la futura primera dama de Bucaramanga”, su nombre era Socorro Olivero, su
esposa.
En ese momento me causó curiosidad la referencia, había escuchado el
nombre del Ingeniero Rodolfo Hernández por la empresa “HG Constructora” que era
uno de los clientes de la oficina donde
trabajaba, pero solo hasta ese momento tenía idea que usted estaba
aspirando a la alcaldía de Bucaramanga.
Una vez me encontré con calma en mi casa busqué en internet su propuesta,
el movimiento “lógica, ética y estética”
me pareció interesante, apuntaba a muchas de las situaciones que para ese
momento me preocupaban de la ciudad y después de leer todo su programa de
gobierno decidí apoyarlo.
Lo hice con todo el pesimismo de sentir que mi voto iba a ser una
estadística más de protesta que no llegaría a tener un resultado favorable,
pero ya usted conoce el resto de la historia.
Debo decirle que ese 25 de octubre de 2015 por primera vez en mucho
tiempo empecé a sentir esperanza en la construcción de una mejor ciudad, que me
acogió con los brazos abiertos y me permitió sentir materializada en la
realidad esa frase que se encuentra en alguna de las carreteras del
departamento “el que pisa tierra
santandereana, es santandereano”.
Considero que debe saber que aunque soy hija, nieta, bisnieta y
tataranieta de santandereanos nací en el municipio de Fundación, departamento
del Magdalena en donde cursé mis años de colegio y de donde emigré con mucha
ilusión para estudiar hace 10 años en esta ciudad “universitaria y educadora”
(como se describe en el programa de Lógica, Ética y Estética).
Me matriculé en la Facultad de Derecho de la Universidad Santo Tomás –
Seccional Bucaramanga en donde tuve el honor de recibir enseñanzas de ilustres
profesionales y compartir la experiencia con excelentes seres humanos, como lo
eran mis compañeros.
Durante todo el tiempo que estudié y tenía la oportunidad de visitar a
mi pueblo, no me cansaba de hablar bien de esta ciudad, porque para mí profesionalmente
se había convertido (como Disney) en la fábrica de mis sueños.
Como cualquiera de los universitarios de la época, muy de vez en cuando
le daba la oportunidad a las ofertas de entretenimiento nocturno que tenía la
ciudad para compartir y estrechar los lazos de amistad que se iban formando con
el pasar de los semestres.
Acepto que uno de los aspectos que me hacía reforzar el buen concepto
que tenía de Bucaramanga y lo feliz que era de estudiar aquí se encuentran en
los buenos momentos que se pasaron en las noches de “rumba” de la ciudad que se quedaron en mis recuerdos con nombres
de discotecas que ya no existen, pero por encima de todo, porque mis familiares
y seres queridos siempre tuvieron la tranquilidad de saber que después de la
fiesta llegaría sana y salva a mi casa.
No obstante ello señor alcalde, el pasado 24 de junio la familia de
nuestro compañero y amigo Diego Amaya López, no pudo sentir lo mismo.
En este momento la tristeza que nos embarga a nosotros los tomasinos
por la muerte de Diego o “toti” como
se conocía popularmente, nos hace rechazar cualquier apreciación de su muerte
como estadística: Él era un hijo, sobrino, novio, compañero y amigo de todos,
al que mataron de la forma más detestable y desdeñable posible.
¿Qué estaba haciendo Diego? Sencillamente estaba compartiendo con sus
amigos unas bebidas en una mesa de un bar para celebrar el triunfo de la
selección Colombia cuando de forma repentina e injusta lo matan, por una razón
que también pudo habernos llevado a la muerte a cualquiera de nosotros: Por
mediar para evitar que se materializara una riña dentro del establecimiento.
Con su fallecimiento también desaparecieron sueños que no se cumplirán,
cumpleaños que no se celebrarán, muchos otros triunfos de partidos de la
selección Colombia que no se volverán a disfrutar, sin contar todas las
personas que perdieron la oportunidad de conocer a un excelente ser humano como
lo fue él, quien vio apagada su vida con apenas 28 años de edad.
Como abogados tomasinos que decidimos quedarnos en la ciudad porque
consideramos que en ella podemos construir nuestro futuro, tenemos el deber de
hacerle saber a usted, señor alcalde, que rechazamos la forma como se ha tomado
la muerte de nuestro colega como un evento aislado.
Así como su homicidio movió las fibras de todos aquellos que tuvimos la
oportunidad de conocerlo y nos ha generado un profundo dolor, este hecho debe
producir en esta ciudad un cambio real,
consciente y efectivo para que ninguna familia tenga que sufrir esta situación
otra vez.
La justicia se encuentra haciendo su parte al imponer la medida de
aseguramiento a los presuntos asesinos de Diego e investigar las causas
primarias de su homicidio con el fin de generar una condena ajustada a derecho.
¿Qué está haciendo la alcaldía para evitar que otras personas sean
asesinadas de esa forma?
“Drinks” el establecimiento en donde todo sucedió, hace parte de un
sector que desde el año 2013 empezó a popularizarse en el espacio ubicado entre
las carreras 34 y 35 entre calles 48 y 49 al que se denominó como “cuadra picha”.
Para los que no tengan familiaridad con el término la palabra “picha” o “picho”, este significa: podrido, pútrido, nauseabundo o maloliente,
aspecto que inmediatamente denotaría repulsión o asco, sin embargo, para los
bumangueses pasó a ser un término normal para identificar la ubicación de
algunos bares, discotecas, stripteases y demás establecimientos que se dedican
al entretenimiento nocturno.
Una de las razones por las cuales entiendo se extendió el término “cuadra picha” es por la cantidad de
vendedores informales de productos extraños, micro tráfico de estupefacientes,
prostitución, indigencia y demás situaciones que usted ya debe conocer en esa
área de la ciudad.
Es evidente y claro que usted como autoridad no puede atacar la raíz
del problema social de donde nacen todos los males y por muy bien intencionado
que sea su trabajo no puede arreglar en 4 años un problema social que lleva más
de 30, sin embargo, lo invitamos formalmente a usted, señor alcalde, a que se
pase por ahí un viernes o un sábado por la noche, con el fin que usted
presencie de primera mano todas las cosas que no soy capaz de describirle en
esta carta.
Quizás de esta forma podría darse cuenta de lo absolutamente inútil que
fue intervenir el problema de “cuadra
picha” cambiándole el nombre para que empezara a ser identificada como “cuadra play”.
Pero como no aprendemos la lección como sociedad, ahora nos enteramos
que la solución para evitar que maten a otro ser humano en uno de los
establecimientos es que “cuadra play”
ahora se llame “Zona U”[1].
Esta
situación recuerda el fragmento del libro “Si
esto es un hombre” de Primo Levi, quien haciendo referencia a los campos de
concentración en la Segunda Guerra Mundial, expone la forma en que se manejaba
políticamente el holocausto realizado por los Nazis:
“No obstante, es cierto que la gran masa de alemanes ignoró siempre los
detalles más atroces de lo que más tarde ocurrió en los Lager: el exterminio
metódico e industrializado en escala de millones, las cámaras de gas tóxico,
los hornos crematorios, el abyecto uso de los cadáveres, todo esto no debía
saberse y, de hecho, pocos lo supieron antes de terminada la guerra. Para
mantener el secreto, entre otras medidas de precaución, en el lenguaje oficial
sólo se usaban eufemismos cautos y cínicos: no se escribía «exterminación» sino
«solución final», no «deportación» sino «traslado», no «matanza con gas» sino
«tratamiento especial», etcétera. No sin razón, Hitler temía que estas
horrorosas noticias, una vez divulgadas, comprometieran la fe ciega que le
tributaba el país”
Como puede darse cuenta señor Alcalde, tenemos sólidos argumentos para
reprochar el uso de eufemismos cautos y
cínicos que se están utilizando para atacar este problema tan estructural
de la ciudad que cobró la vida de nuestro compañero y amigo.
La transición de nombres de “Cuadra
Picha” a “Cuadra Play” y luego “Zona
U” no solucionará el problema, eso
sería el equivalente a pretender arreglar cualquier emergencia sanitaria por
tratamiento de basuras echándoles perfume.
¿Dónde queda la lógica, ética y estética? Pareciera que todo esto fuese
una burla a Albert Einstein en la cara buscando resultados diferentes haciendo
siempre lo mismo.
No obstante, no sobrarán para el tratamiento de este problema personas
con ideas:
Unos nos dirán que lo mejor es reforzar la presencia de la policía en
la zona, como buen paño de agua fría.
En Bucaramanga habitamos más de 500.000 personas y no hay suficientes
policías para vigilarnos a todos, en el momento en el cual un policía parpadee
puede presentarse otra riña u otra muerte.
Otros opinarán que lo mejor es cerrar todos los establecimientos de
comercio que se encuentran en “cuadra
picha”, pero esto tampoco soluciona el problema, antes bien, traerá sin
ninguna necesidad graves consecuencias económicas para los empresarios y
emprendedores que hicieron una inversión, trabajan dignamente todos los días,
pagan impuestos y generan empleo en la ciudad, además, nada nos garantizará que
todo lo picho y nauseabundo de esa cuadra no se traslade a otro lugar de
Bucaramanga.
Revisemos uno de los titulares de las noticias locales de ese día: “Un muerto, 10 heridos y 560 riñas en
Bucaramanga tras celebración del triunfo de Colombia”
Desde nuestra humilde perspectiva, el problema se encuentra arraigado
profundamente en nuestra condición de seres humanos, no en el exterior.
Personalmente respeto sus posturas y decisión frente a la lucha contra
la corrupción, pero considero firmemente que usted le está apuntando a las
consecuencias y no a las causas que nos han vuelto una sociedad absolutamente
intolerante.
Recordando su programa de gobierno:
“Creer que un Programa de Gobierno es solamente
una lista de obras, generalmente promesas que casi nunca se cumplen, es buscar
las transformaciones de la sociedad atacando las consecuencias y no las
causas.”
Entiendo que su mandato solo tiene una vigencia limitada, pero tengo la
convicción que todos los 77.238 votantes que apoyamos su candidatura estarían
dispuestos a elegir un nuevo mandatario que reproduzca ese punto de su programa
referido a la “Construcción y
fortalecimiento del tejido social, (…) el valor de la ciudadanía y la cultura
de la paz como esencia del desarrollo humano sostenible de la comunidad
bumanguesa”. Sin embargo, hasta este momento no vemos evidenciado algún
avance significativo.
Para finalizar, considero importante recordar
su expresión cuando los taxistas de la ciudad le reclamaban el hecho que la alcaldía
no ideaba estrategias para acabar con el transporte informal en Bucaramanga.
Su respuesta fue cruel pero sensata: “acabar con los “piratas” es como acabar con las “putas” “.
Lo entendemos.
Usted como funcionario no puede adentrarse en lo más profundo de
nuestra ingeniería humana y arreglarla para que nos volvamos tolerantes y me
imagino que nos responderá soportándose en cifras y datos perfectamente
confiables que la alcaldía no tiene los recursos para pagar algún programa
porque la corrupción de tantas administraciones anteriores dejó en la ruina a
la ciudad, pero hay algo que usted, como padre, hijo y amigo (como también lo
era Diego) sí puede hacer:
Levantar la voz, como lo hacen los santandereanos: Siempre adelante, ni
un paso atrás.
Si bien es cierto que ninguna medida tomada por la alcaldía, sus
palabras, esta carta o los años de
cárcel a los cuales se condenen a los asesinos de Diego le dará a su familia un
minuto más para poder compartir con él, todo esfuerzo valdrá la pena si logramos
evitar otro homicidio tan detestable como este.
Usted es ingeniero, así que su especialidad es encontrarle solución a
lo que no la tiene.
Confiamos en usted señor Alcalde.
Atentamente.
Angélica Acevedo Gómez.
Abogada egresada de la Universidad Santo Tomás – Seccional Bucaramanga.
Apoyan: Tomasinos con Diego Amaya.
Lina Alejandra Torres Trigos.
Juan Manuel Medina H.
Jeferson Steven Mendoza Martínez.
Alejandra Navarro Ardila.
Mayerly Rueda Serrano.
Juan Diego Montoya V.
Laura Juliana Ochoa Sandoval.
Karoll Andrea Orjuela Almeyda.
Lina Alejandra Valencia Escobar.
Cindy Johanna Durán Triana.
Sonia Paola Barrios Galvis.
Omis Delgado Pedrozo.
Javier Jiménez R.
Adriana Rojas Gómez.
Juliana Meneses Torres.
Juan Carlos Quintero Gómez.
Nathaly Tarazona Jaimes.
Camilo Andrés Valbuena Serrano.
Danilo González León.
Gerson
David Saavedra Velandia.
Jhoan Sebastián Rueda Gil.
[1] Referencia tomada de La noticia publicada
en la Página de Blu radio: https://www.bluradio.com/bucaramanga/empresarios-cambiaron-el-nombre-de-cuadra-play-zona-u-182603-ie3509886